Una bella combinación en la Olimpiada de La Habana

La combinación contenida en la partida, es una de las partidas más memorables de aquella magnífica Olimpiada de 1966.


Mijail Tal, Campeón Mundial de Ajedrez en 1960, ha sido uno de los más grandes genios de la historia de nuestro noble juego. Su estilo de juego sumamente agresivo, lleno de imaginación y fantasía, sin temor a los riesgos, nos legó bellas y complejas combinaciones llenas de todo tipo de sacrificios, que han hecho las delicias de generaciones de amantes del ajedrez.

Tal poseía una visión combinativa excepcional, además de una facilidad extraordinaria para el cálculo de variantes. Muchos de sus sacrificios eran demasiado complejos para poder ser calculados completamente en todas sus consecuencias; para ello Tal se basaba fundamentalmente en su intuición ajedrecística, en esa especie de sexto sentido que tenía para saber si su ataque o iniciativa eran suficientes a cambio del material entregado.

Muchos ejemplos de esas combinaciones azarosas vienen a mi memoria, como el sacrificio de caballo contra el GM danés Bent Larsen en la partida decisiva del Match Semi-Final de Candidatos que sostuvieron en Bled 1965, la famosa ¨partida rompecabezas¨ disputada con el GM argentino Oscar Panno en el Interzonal de 1958 en Portoroz, el sacrificio de una torre frente al GM húngaro Lajos Portisch en la 2da partida de su match de Candidatos 1965, y tantas otras.

Sin embargo, la combinación contenida en la partida que comparto hoy con los lectores, a diferencia de aquellas, sí es estrictamente correcta. Y de una belleza estética notable en su momento principal. Y no solo eso, sino que en la secuela que sucede al clímax de la combinación, se requiere de un juego enérgico y preciso para llevar a buen término el fuerte ataque propiciado por la riesgosa posición del rey negro en el centro del tablero. Tal lo hace, por supuesto, de manera impecable, legando así una de las partidas más memorables de aquella magnífica Olimpiada de 1966.

Tal,Mihail (Unión Soviética) - Brinck Claussen,Bjorn (Dinamarca)                      17ma Olimpiada de Ajedrez, La Habana 1966, Final A.

1.f3 f6 2.c4 c5 3.c3 c6 4.e3 e6 5.d4 d5 6.a3 cxd4 7.exd4

Después de 7.exd4

Hemos llegado a una posición usual de Gambito de Dama, a la que también suele llegarse a través de la Defensa Caro-Kann ( por ejemplo, 1.e4 c6 2.d4 d5 3.exd5 cxd5 4.c4 f6 5.c3 e6 6.f3 c6 7.a3 ).

7...e7 8.d3 Otra forma de jugar es 8.c5!?

8...0–0 9.0–0 dxc4 10.xc4 b6 11.d3 b7 12.d1 c8 13.a2

El alfil se quita preventivamente de la posición vulnerable en c4.

13...c7

Además de la movida del texto, en esta posición se han ensayado otras jugadas como 13...d6, 13... c7, 13...a6, etc. Es interesante notar que el propio Mijail Tal con piezas negras, jugó en 1956 frente a Lev Polugaevsky esta misma movida 13... c7.

14.g5 fd8 15.e2 d5

En la mencionada partida Polugaevsky-Tal se había jugado 15...g4.

16.xd5 exd5 17.d3

Se ha llegado a una posición con estructura de peones simétrica. Ahora comienza una lenta lucha de maniobras en la que el ex-campeón mundial, claro favorito en esta partida, busca lograr algún desequilibrio a su favor.

17...d6 18.xe7 xe7 19.e1

Lógica ocupación de una de las dos columnas abiertas.

19...g6 20.g3

Sencilla jugada de doble propósito, por un lado se evita que el caballo negro pueda activarse a f4, por otro se habilita una casilla en g2 para el rey blanco, de forma tal que ya no existirán amenazas eventuales de mate en la primera línea.

20...e8

Las negras disputan la columna abierta ¨e¨.

21.h4

Ganando espacio en el flanco de rey.

21...f6 22.h5 f8 23.xe8 xe8 24.e5

Las blancas cedieron la columna ¨e¨ a la torre adversaria ya que ahora el caballo blanco tapa dicha columna desde su fuerte punto central de apoyo en e5.

24...g5

Ataca el peón de h5 y despeja la casilla f6 para propiciar un eventual desalojo del caballo blanco con f7–f6.

25.f3

Defiende h5 y a la vez ataca los peones de f7 y d5.

25...f6!

Después de 25...f6!

Las negras se valen de una estratagema táctica para desalojar el caballo blanco. Aunque forzar al caballo blanco a abandonar su fuerte posición central es algo deseable para el segundo jugador, es bueno observar que la jugada f7–f6 también tiene un lado potencialmente inconveniente, que es el debilitamiento de la diagonal d5–g8 y en consecuencia de la posición del rey negro.

26.c4!

Tal no podía capturar el peón ¨d¨ con jaque debido a 26.xd5+? xd5 27.xd5+ e6!–+ y de pronto el caballo en e5 está clavado y será capturado. La movida realizada por Tal amenaza d6, y prepara además la reubicación del caballo en la casilla e3, desde la cual pondrá presión sobre el peón negro de d5.

26...d8

A la vez que se defiende contra el salto d6, sobredefiende el peón aislado de d5.

27.e1

Las blancas aprovechan que la torre negra ha dejado de controlar la columna ¨e¨, para ocuparla con su torre.

27...c8?

Las negras quitan el alfil de la casilla b7 con lo cual se amenaza ahora dxc4, y a la vez buscan reubicar el alfil en la casilla e6 desde donde defiende el peón de d5 además de vulnerar casillas del campo blanco en el flanco de rey; o sea que el alfil negro está más activo en e6 que en b7.

Sin embargo, la mejor defensa era a base de entrar en las escaramuzas tácticas: 27...dxc4 28.xb7 (28.xc4+? d5) 28...xd4 . 29.c6 (para amenazar xc4, en caso de 29.xa7 c5 con buenas posibilidades defensivas) 29...c5 30.xc5 bxc5 31.c1 con un final algo favorable para las blancas, pero donde las negras tienen buenas posibilidades de una defensa exitosa.

28.e3

Triple amenaza sobre el peón de d5.

28...e6

Triple defensa.

29.c1!

Y ahora que las negras no pueden disputar la columna ¨c¨ por la presión existente sobre d5, las blancas aprovechan el momento para dominar esa columna.

29...f7

Prepara un eventual contraataque sobre el peón de d4 con e6.

30.h6!

Un golpe táctico cuya idea es desviar a la dama negra (al menos por un momento) de su excelente posición en g5. ¿Para qué? La explicación está en una variante que se mostrará dentro de un par de jugadas, pero primeramente debe el lector observar la siguiente variante:

En caso de 30.c7 e6! (Fíjese el lector, para poder comparar con la variante que mostraré más adelante, que en esta posición no funciona el sacrificio 31.xf7 debido a 31...xf7 32.xd5

porque ahora las negras se liberan de la presión e igualan devolviendo la calidad de inmediato mediante 32...xd5! 33.xd5 (33.xd5 xd4 34.e4 e5=) 33...xd5 34.xd5 xd4=), por lo cual las blancas habrían de jugar 31.xa7 y tras 31...xd4 32.d1 c6! las negras tendrían contrajuego, el caballo se dirige a e5 y el peón de h5 va a caer.

30...xh6 31.c7 g5

Y ahora muestro al lector una de las diferencias esenciales entre esta posición (con la dama negra en h6) y la que ya analizamos un par de jugadas atrás. Si ahora en vez de la movida textual las negras jugaban 31...e6, les esperaba el golpe magistral que Tal había preparado 32.xf7! xf7 y tras 33. x d5 

las negras están en serios problemas, pues ya la devolución de la calidad 33...xd5 34.xd5 no funciona, las blancas tendrían posición ganadora (piezas más activas, rey negro inseguro, y peón dama blanco pasado).

Faltaría demostrar que también en caso de otras respuestas negras tras 33.xd5, las blancas tienen gran ventaja; invito al lector a comprobarlo analizando por sí mismo las posibles variantes. Solo le menciono como orientación general que entre las amenazas de las blancas están e4, b3 (abriendo el camino a la dama para entrar por la diagonal f3-a8) y eventualmente también f5.

32.xa7 g6

Después de 32...♘g6

El escenario queda listo para una bella combinación. El peón de d5 está triplemente defendido; por ello, aparentemente, es imposible capturarlo, pero Tal va mucho más allá de las apariencias ....

33.xd5!

Insólito, parece que las blancas pierden una pieza absurdamente...

33...xd5

33...xd5 34.xf7!+–

34.a8!!

Después de 34.♖a8!!

Pero he aquí la verdadera clave del sacrificio. ¡Una concepción táctica monumental del Genio de Riga! Está basada en un tema de clavada y ataques dobles. La espectacular movida de la torre tiene como objetivo desviar a la torre negra de la defensa del alfil de d5, y a la vez atraerla a la casilla a8 donde sería objeto de ataque doble por parte de las piezas blancas.

34...xa2

En caso de 34...xa8 las blancas tienen la agradable elección entre 35.xd5+ (o 35.xd5+ f8 36.xa8 también con clara ventaja pues en caso de 36...c1+ 37.g2 xb2 que aparentemente recupera el peón, las blancas cuentan con la fuerte réplica 38.d5! , por ejemplo 38...e7 39.d8+ f7 40.d5+–) 35...xd5 36.xd5+ f8 37.xa8 con una clara ventaja material y posicional en el final.

35.xd8+f7

Después de 35.♖xd8+♔f7

Lo mejor.

35...f8? 36.a8 y las blancas ganan el caballo de f8, tras lo cual se imponen fácilmente. Tras la movida del texto surge la posición principal derivada de la combinación de Tal. Intentemos valorarla: las blancas han cambiado sus dos piezas menores por torre y un peón de su adversario. Desde un punto de vista estrictamente material y según los cánones tradicionales de valoración del material, esto es aproximadamente equivalente ( 6 puntos tanto en el caso de dos piezas menores como en el caso de torre y peón). Pero el factor posicional predominante en esta situación poco tiene que ver con el conteo material. Es la posición insegura del rey negro y la iniciativa que las piezas blancas pueden desarrollar gracias a su activa posición, lo que concede una ventaja incontestable al primer jugador.

36.c6!

De nada habría servido haber hecho una correcta evaluación de la situación surgida en el tablero tras 35...f7, si las blancas no hubieran encontrado ésta, su más fuerte jugada. Este comentarista está convencido de que, al ejecutar su combinación, Tal previó esta jugada en sus cálculos. Cuando se tiene la iniciativa, casi siempre es de máxima importancia mantener el ¨momentum¨, o sea mantener la llama de la iniciativa viva mediante la creación de las más rápidas y fuertes amenazas posibles, bajo las circunstancias dadas. La amenaza principal es e8++, adicionalmente la dama penetra en el campo enemigo y se acerca peligrosamente al rey adversario. Las negras tienen una única posibilidad defensiva.

36...e7

Forzada.

37.e8+ e6 38.c8!

Otra excelente movida, para mantener el momentum del ataque. La amenaza principal es c6+, pero también queda planteada la menos directa posibilidad c3 para entrar al ataque vía e3. Y por si fuera poco, además, la torre evita un eventual contraataque de las negras con c1+.

38...d5

Evita c6+. En caso de 38...d5 que también está dirigida a evitar c6+, habría seguido 39.c7! f5 40.d7+ f7 (40...f6 41.xe7++–) 41.xd5++–

39.c3!

Después de 39.♖c3!

Y ahora la torre se dirige a e3, dando el empuje definitivo al ataque blanco.

39...d7 40.e3+ d6 41.b8+ c6

41...d5 42.xb6+–

42.a4

Aunque no es la única vía hacia la victoria, resulta elegante e instructiva. Por un lado priva al rey negro de la casilla b5, por otro prepara un eventual b2–b4 seguido de b5+ o de a5 pasando un peón.

Otro camino hacia la victoria, un tanto más prosaico, habría sido 42.c3+ d5 43.xb6.

42...d5 43.e1!

Después de 43.♖e1!

¡La torre completa su brillante periplo! Ahora ya no hay defensa satisfactoria. La amenaza principal de momento es c1+.

43...d6

43...e7 44.c1+ d5 45.xb6+–; 43...b4 44.d5+! xd5 (44...xd5 45.c1++–; 44...xd5 45.d1++–; 44...xd5 45.c1++–; 44...c5 45.c1+ c4 46.b3+–) 45.c8+ d6 46.f8+ c6 47.xb4+–

44.c1+ d7 45.c8+

Y aquí Brinck Claussen decidió detener el sufrimiento, antes de recibir el mate inminente 45...e7 46.e1+ f7 47.e8++.

1–0

Todas las partidas se encuentran en este artículo.

MI José Luis Vilela. 


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