Vamos a ver un mansubat, como quien asiste a una obra de teatro. Los mansubat, o juegos de partido, fueron los primeros problemas de ajedrez y se caracterizaban por el detalle de que al bando que correspondía jugar, tenía ante sí la amenaza inminente de jaque mate.
El decorado es sencillo: en el escenario hay dos príncipes, tablero de ajedrez por medio, y observa una bella y no menos inteligente dama. Ellos decidieron apostarse sus riquezas en un juego que tuviera más ingenio que azar.
Cuando un príncipe hubo dejado al otro en la ruina, le propuso una partida en la cual podía recuperar su antigua fortuna, o perder su esposa favorita, Dilaram, célebre por su extraordinaria belleza. Comenzó el duelo y el príncipe venido a menos fue alcanzando notoria ventaja, pero de pronto lo invadió la tristeza, cuando su oponente llegó a alcanzar la siguiente posición:
En este momento Dilaram, que amaba a su hombre más allá del linaje, le susurró al oído: “Sacrificando los dos roques, la victoria será tuya.”
Se iluminaron los ojos y el corazón del amado príncipe, continuando la partida así: 1.Th8+ Rxh8, 2.Af5+ (a la descubierta). Recuerdo que entonces el alfil movía como capturan los peones en el juego de damas, o sea, saltando a una tercera casilla, en diagonal. Continuamos: 2…Rg8 3.Th8+ Rxh8 4.g7+ Rg8 5.Ch6++
No albergo dudas de que este es el más famoso, pero el más antiguo de los mansubat, y por ende de los problemas de ajedrez, es atribuido a Mohamed Al Mottasim Billah, califa de Bagdag, quien reinó desde el año 833 hasta el 842.
Por Jesús G. Bayolo