Gambito literario

Cristina Peri Rossi | Foto D.R.
El ajedrez es fuente de inspiración para la literatura.


El ajedrez es fuente de inspiración para la literatura en todos los confines. Puede verse de forma parcial en afamados títulos como El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez, o formando parte de la trama como en Los crímenes del obispo, de S.S. Van Dine.

Si numerosas son las novelas, más aún suman los cuentos y poemas con temática ajedrecística.

De la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi (1941) tomo un ajedrecístico cuento corto de su libro Indicios Pánicos. Ella es también autora de El museo de los esfuerzos inútiles, El libro de mis primos y La última noche de Dostoievski.

Se trata de…

La reina sola

Cuando los alfiles se rebelaron, el campo quedó sembrado de peones desvanecidos; las torres corrieron a refugiarse en los tamarindos y un caballo despavorido, vagaba por el camino, ciego de los dos ojos y perdiendo sangre por los oídos. Los peones restantes prepararon en vano una celada: murieron junto al arroyo y solamente el otro caballo parecía resistir. El último embate enemigo dio por tierra con el rey que huía –como casi todos los reyes- dando la espalda. Cuando la reina, majestuosa y trágica, quedó sola en el camino, uno de los alfiles se le subió a la espalda y el otro, con un toque de lanza, la derrumbó. Sobre ella gozaron toda la mañana, hasta que, aburridos, la abandonaron junto a la casilla número cinco.

El minicuento de Cristina, que exhibe como tablero imaginaria sabana, tiene el cuidado de mencionar todas las piezas del juego y porta la rareza de involucrar al ajedrez en el erotismo literario.

Por Jesús G. Bayolo.


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