La primera competencia del ruso Vladimir Kramnik luego de arrebatarle la corona mundial al búlgaro Veselin Topalov fue frente al programa alemán Deep Fritz, entre finales de noviembre y principios de diciembre de 2006 en el salón de exhibiciones de arte, en Bonn, Alemania.
El duelo levantó expectativas. Kramnik estaba en la cima de su carrera, con amplia experiencia en enfrentamientos con los programas de computación. Pero Fritz es el supremo, el que consultan todos los grandes, el que dice lo que está bien o mal sobre el tablero. Se pactó a seis partidas. Si Kramnik ganaba recibía un millón de euros. Si entablaba o perdía, medio millón.
Deep Fritz ganó la segunda y la sexta partidas, mientras las otras cuatro fueron tablas. Si el campeón mundial tenía un Elo de 2750, ¿cuánto asignarle al ajedrecista cibernético? El cinco veces campeón mundial Mijail Botvinnik puede reflexionar desde el cielo: “Lo advertí en la década del 70, que la máquina llegaría a jugar como un Gran Maestro y por ende podría vencerle”.
Lo sorprendente de la segunda partida no es que ganara Deep Fritz, sino que le propinara jaque mate a su oponente, nada menos que el campeón del mundo, cuando cualquiera sabe que es muy difícil que se llegue a las dos cruces en una partida, pues no solo un Gran Maestro sino cualquier ajedrecista de mediana fuerza se rinde antes de ser víctima del vergonzoso lance.
¿Cómo fue posible esto? Todas las explicaciones caen en el campo de la sicología. Los grandes errores suelen cometerse en extremo apuro de tiempo, pero no es el caso. Le quedaban 20 minutos en el reloj para cinco movidas. Tenía una posición que tal vez podría haberle reportado la victoria... y el millón.
Pero con sus 500 000 euros se llevó de Alemania un jaque mate que le dio la vuelta al planeta. Pese a lo poco avanzado en años, algunos calificaron el movimiento 34-...De3 como “el error del siglo”.
Esta es la partida, jugada el 27 de noviembre de 2006:
Blancas: Deep Fritz – Negras: Vladimir Kramnik
1.d4 d5 2.c4 dxc4 3.e4 b5 4.a4 c6 5.♘c3 b4 6.♘a2 ♘f6 7.e5 ♘d5 8.♗xc4 e6 9.♘f3 a5 10.♗g5 ♕b6 11.♘c1 ♗a6 12.♕e2 h6 13.♗e3 ♗xc4 14.♕xc4 ♘d7 15.♘b3 ♗e7 16.♖c1 0-0 17.0-0 ♖fc8 18.♕e2 c5 19.♘fd2 ♕c6 20.♕h5 ♕xa4 21.♘xc5 ♘xc5 22.dxc5 ♘xe3 23.fxe3 ♗xc5 24.♕xf7+ ♔h8 25.♕f3 ♖f8 26.♕e4 ♕d7 27.♘b3 ♗b6 28.♖fd1 ♕f7 29.♖f1 ♕a7 30.♖xf8+ ♖xf8 31.♘d4 a4 32.♘xe6 ♗xe3+ 33.♔h1 ♗xc1 34.♘xf8 ♕e3 35.♕h7
Regla contradictoria
Una noticia, que encierra en sí misma una paradoja, fue la fórmula de tiempo empleada: dos horas para los primeros 40 movimientos y luego una hora adicional cada 16 jugadas. Hasta ahí no hay nada sorprendente, pero sí en lo que sigue: “Si la partida no ha terminado antes de la sexta hora de juego, Kramnik podrá aplazarla para el día siguiente, momento en el que la partida continuará con un ritmo de una hora para cada 16 movimientos, para las siguientes 6 horas de juego”.
Resulta que precisamente por la aparición de la computadora con alto nivel de análisis en el mundo ajedrecístico se abolieron las partidas selladas y desde hacía algunos años todas, incluso las de olimpíadas y campeonatos mundiales, se juegan “a finish”. Pudo haberse originado en Alemania la primera partida sellada en muchos años.
Jesús G. Bayolo.