Actividad de piezas

M.I. Vilela,Jose Luis | Foto : D.R.
Cómo enfocar la defensa, si defendiendo a toda costa la ventaja material, o devolviendo material,en el momento adecuado, y otras cuestiones similares, son interrogantes que debe ponderar el ajedrecista con frecuencia en su práctica cotidiana.


Uno de los eternos dilemas del ajedrez es el de material vs. iniciativa. Cuándo y en qué grado el material entregado es compensado por la iniciativa que se obtiene a cambio; cómo enfocar la defensa, si defendiendo a toda costa la ventaja material, o devolviendo material ( parte, todo, o incluso más del aceptado inicialmente ) en el momento adecuado, y otras cuestiones similares, son interrogantes que debe ponderar el ajedrecista con frecuencia en su práctica cotidiana. En la partida propia que comparto hoy con los lectores, estas sempiternas cuestiones vuelven a estar sobre el tapete.

Inicialmente las negras entregan un peón a cambio de obtener tal actividad de piezas, que le permita al menos recuperar el material. Entonces, con tal de no perder la iniciativa, son las blancas las que no solo devuelven el peón, sino que permiten a su adversario capturar más infantes. Todo ello con el objetivo supremo de mantener viva la llama de la iniciativa. La lucha continúa desarrollándose, bajo el signo de una marcada presión sobre la posición del segundo jugador. Y cuando éste flaquea por un momento en la conducción de la defensa, el bando blanco asesta un inesperado golpe mortal, que remata en la próxima jugada sin dejar tiempo de respirar a su adversario.

El Maestro Internacional Josef Klinger era, en el momento en que se jugó esta partida, la principal joven promesa del ajedrez austríaco.

M.I. Vilela,Jose Luis – M.I. Klinger,Josef [D34]                                          Capablanca in Memoriam, 1985

1.f3 c5 2.c4 e6 3.g3 c6 4.g2 f6 5.0–0 e7 6.d4 d5 7.cxd5 exd5

Se ha llegado, tras un orden de jugadas no directo, a una posición principal de la Variante Tarrasch del Gambito de Dama. Esta variante está caracterizada, muy fundamentalmente, por el hecho de que las negras quedan con el peón de dama aislado en d5. En este caso ello se va a concretar un par de jugadas más tarde, en el momento en que las negras cambian cxd4.A cambio de quedar con dicho peón aislado, las negras logran obtener bastante libertad de acción para sus piezas, en particular obsérvese que el alfil de dama de las negras, que en muchas líneas del Gambito de Dama Rehusado clásico queda limitado dentro de su propia cadena de peones, ahora tiene la diagonal c8–h3 abierta para ser desarrollado a través de ella.

8.c3 0–0 9.g5

Esta es considerada como la línea principal. Es una jugada natural, que desarrolla la última pieza menor de las blancas, y lo hace ubicándose en una posición activa. La teoría reconoce también otras movidas como 9.dxc5, 9.b3, 9.f4, o 9.e3.

9...cxd4 10.xd4 e8  

Después de 10...♖e8

Aunque el GM británico John Nunn había realizado esta movida un par de veces en la década de los setenta del pasado siglo, fue el GM islandés Margeir Petursson quien más contribuyó a su introducción en el nivel magistral, utilizándola con cierta asiduidad a partir de 1981. La torre es activada, se coloca en la columna semi-abierta ¨e ¨, a través de la cual ejercerá presión sobre casillas del centro del tablero.

Sin embargo, la movida más común en esta posición, con diferencia, es 10...h6 obligando al alfil a una rápida definición.

11.e3

Una movida cuyo objetivo es defender el caballo de d4, para estar en condiciones de cambiar xf6 seguido de la captura del peón de d5. Si las blancas jugaran 11. xf6 directamente, tras 11... xf6 el caballo de d4 quedaría doblemente amenazado y por ello las blancas no podrían capturar en d5.

11...h6

Las negras se han preparado bien para esta partida, y ahora no temen la captura del peón de d5 pues confían en que tendrán compensación. Hay otras formas de juego que no implican sacrificio de material, como es el caso de 11...e6 o 11...g4.

Muestro al lector un ejemplo representativo de la primera de estas opciones:

11...e6 12.xe6 fxe6 13.h3 b4 14.b5 b6 15.d4 xd4 16.exd4 e4 17.e3 ac8 18.c1 xc1 19.xc1 a5 20.f3 f6 21.a3 d6 22.f2 e5 23.dxe5 xe5 24.b4 a4 25.c2 ( la posición es algo preferible para las blancas, pero ahora las negras se embarcan en una refriega táctica que no logran calcular con precisión, y termina conduciéndolas a la derrota ) 25...xg3? 26.hxg3 xe3 27.c8+! e8 28.e6+! h8 (28...f8? 29.c5#) 29.f7! g8 30.xg8 ganando la calidad y la partida, Ribli,Z - Handoko,E , Zagreb/ Rijeka 1985.

12.xf6 xf6  

Después de 12...♗xf6  

13.xd5

La primera partida en que se experimentó el sacrificio de peón fue Yusupov-Petursson,Chicago 1983. Allí Petursson mostró como responder a la captura 13. xd5:

13.xd5 xd4 14.exd4 e6 15.e1 xd5 16.xe8+ xe8 17.xd5 d8 18.h5 (18.xc6 xc6 19.d2 d5 20.d1 xa2 las negras restablecen el equilibrio material, y aunque las blancas tienen un peón pasado, objetivamente la situación es equilibrada.   ) 18...xd4 19.xb7 b8 20.d5 (Si el alfil se retira cae el peón de b2.) 20...a4 21.e4 e8 22.d3 b4 23.d5 xb2 24.b1 c3! con chances igualados, la partida terminó en tablas tras 57 jugadas.

Preferí entonces llevar la partida por caminos menos forzados, capturando con alfil.

13...xd4 14.exd4 b6

Las negras plantean un doble ataque, a los puntos d4 y b2.

15.f3 f8

Las negras deciden defender el punto f7, ante un eventual ataque al alfil de f6 con e4.

Si 15...xb2 16.e4 xd4 17.fd1 e5 18.d6! (el caballo saluda a casi todo el ejército negro. 18.xf6+ xf6 no conduce a las blancas a ninguna parte.) 18...f8 19.xf7! xf7 20.e1! c7 21.e8+ h7 22.ae1 y las negras están paralizadas y bajo riesgos inminentes para su rey, esta posición es ganadora para las blancas. Entre las amenazas se encuentra la secuencia combinatoria  xf7 xf7, xc8 xc8, xf5+ seguido de xc8.

Por otro lado si 15...xd4 16.e4! y todavía las negras han de mostrar como igualar la partida.

16.e4

Resulta que unos meses después de la partida Yusupov-Petursson ya mencionada, Petursson repitió la línea frente a Leif Ogaard, quien capturó en d5 también con el alfil, llegándose a la misma posición de nuestra partida principal antes de la jugada 16 de las blancas. En esa partida Ogaard continuó 16.fe1 y tras 16...e6 17.xb7 ab8 18.e4 xd4 las negras tuvieron muy buena compensación por el peón, Ogaard,L-Petursson,M, Oslo 1983.

Mi idea fundamental al jugar 16.e4 es habilitar la casilla d5 para la eventual colocación del caballo en esa casilla.

16...xd4

Otra opción era recuperar el peón capturando en b2, 16...xb2 . También en esa línea las blancas tendrían una desagradable presión sobre la posición enemiga después de movilizar ambas torres con 17.ab1 a3 18.fd1.

17.fd1 b6 18.d5 xb2 19.ab1! xa2

En caso de 19...e5 las blancas pueden elegir entre intentar aumentar la presión con 20.e1 o recuperar el peón de inmediato con 20.xf6+xf6 21.xf6 gxf6 22.xb7.

20.xf6+ gxf6 21.d5 a6?

Después de 21...♕a6?

22.xb7!

Una sorpresa muy desagradable para las negras, que al parecer esperaban que las blancas capturaran en b7 con el alfil. En ese caso tras 22.xb7 xb7 23.xb7 ae8 la ventaja de las blancas habría disminuido significativamente.

22...a4  

La torre es intocable porque tras 22...xb7 23.xb7 las negras deben mover la dama, y después de xa8 quedan con pieza de menos.

23.xf7+!

Después de 23.♗xf7+!

Segundo golpe consecutivo, éste ya ganador.

23...xf7 24.d8+ g7 25.xf7+xf7 26.xa8

Concluye la combinación, la calidad de ventaja unida a la expuesta posición del rey negro son claramente suficientes para una fácil victoria.

26...d7 27.d5+ e7 28.b8 c6 29.b3 a1+

29...e4 30.e3+–

30.b1 e5 31.b3 d5 32.h7+ e6

y el Maestro austríaco, sin esperar respuesta, decidió finalmente abandonar.

1–0

Todas las partidas se encuentran en este artículo.

M.I. José L.Vilela.


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