Steinitz se quedó con ganas

William Steinitz
Una partida que se jugó en el más antiguo de los torneos de ajedrez, que todavía se disputan hoy: el de Hastings, Inglaterra, en 1895.


William Steinitz, austríaco que terminó residiendo en Estados Unidos, fue el primer campeón mundial de ajedrez, al derrotar en match pactado al efecto a Johannes Zukertort, en 1886, y reinó hasta 1894, cuando fue superado por Emanuel Lasker.

Pero aún después de haberse quedado sin corona y de pasar de los 60 años, Steinitz seguía siendo Steinitz, como lo demuestra su enfrentamiento que veremos a continuación en el torneo de referencia.

El primer campeón mundial y el alemán Cura Von Bardeleben se enfrentaron en la décima ronda y llegaron a la posición del diagrama después de la jugada 24 de las blancas.

Steinitz estaba a punto de rubricar una de las más espectaculares combinaciones ajedrecísticas, de lo que al parecer se percató su oponente, quien no quiso sentir la humillación de las piezas blancas ni tuvo valor para reconocer su derrota rindiéndose como todo el mundo (bueno, como casi todo el mundo), dándole la mano a su vencedor.

Bardeleben se fugó de la sala de juego y no regresó hasta quedar vencido su tiempo de reflexión y por ende habérsele decretado la derrota, creyendo que así devaluaba la brillante producción artística de Steinitz.

Luego de adjudicársele el punto, Steinitz, quien está amenazado de recibir mate, señaló la forzada continuación que se quedó con ganas de realizar sobre el tablero: 1... h8 2.xh7+ g8 3.g7+ h8 4.h4+ xg7 5.h7+ f8 6.h8+ e7 7.g7+ e8 8.g8+ e7 9.f7+ d8 10.f8+ e8 11.f7+ d7 12.d6++.

No se supo si Bardeleben (1861-1924) vio la sucesión de jaques hasta el mate, pero cuando menos intuyó que iban a brillantearlo y aplicó la fórmula del avestruz, metiendo la cabeza quien sabe donde, ante la tormenta de ingenio que Steinitz estaba a punto de desatarle.

Ese histórico certamen inglés contó con 22 participantes y Steinitz quedó quinto con 13 puntos, detrás de Pillsbury (16,5), Chigorin (16), Lasker (15,5) y Tarrasch (14).

El poco caballeroso Bardeleben (al menos en esta partida) tuvo un excelente torneo, al quedar séptimo con 11,5 puntos. Su proceder más que ocultar lo que al parecer él consideró una tragedia, surtió un efecto contrario, como sucedería si un mozo de poca estatura en lugar de asumirla con dignidad, para disimularla se paseara sobre zancos.

Todas las partidas se encuentran en este artículo.

Por Jesús G. Bayolo.


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