En los días previos a San Valentín el cubano Lázaro Yourki Bruzón Batista tenía motivos para sentirse el hombre más feliz del planeta: con solo horas de diferencia ganaba en la ciudad de Santa Clara su sexta corona nacional de ajedrez y se presentaba en la Feria del Libro de La Habana su obra 40 partidas memorables.
“Es uno de los éxitos más importantes de mi carrera, por el alto nivel del ajedrez en nuestro país. Empecé tarde, en 2004, pero he conseguido este récord y me causa mucha satisfacción”, expresó en alusión a sus seis campeonatos de Cuba.
El asunto reviste una importancia trascendental, porque en la historia del ajedrez cubano hasta inicios de 2017 seis ajedrecistas se habían ceñido cinco veces la guirnalda.
Cuando Capablanca se hizo campeón de Cuba en 1901 fue derrotando en un match a Juan Corzo y precisamente es Corzo quien inicia esta lista de los cinco pentacampeones que aparecen ahora detrás de Bruzón. En orden cronológico siguen Juan González, Eleazar Jiménez, Jesús Nogueiras y Leinier Domínguez.
Cuando Capablanca se hizo campeón de Cuba en 1901 fue derrotando en un match a Juan Corzo y precisamente es Corzo quien inicia esta lista de los cinco pentacampeones que aparecen ahora detrás de Bruzón. En orden cronológico siguen Juan González, Eleazar Jiménez, Jesús Nogueiras y Leinier Domínguez.
Bruzón recuerda con agrado que cuando conquistó su primer título nacional, vaya coincidencia, también en Santa Clara, recibió el trofeo de manos de un ilustre visitante, el multimonarca universal Anatoli Karpov. Después se coronó en 2005, 2007, 2009, 2010 y 2017.
Recién cumplido 35 años, lo cual ocurrió el cercano dos de mayo, este hombre nacido en Holguín, asentado luego en Las Tunas y desde hace tiempo en La Habana, atesora entre sus múltiples exclusividades el de ser el cubano que más joven ha conquistado el título de Gran Maestro, con 17 años, aventajando por estrecho margen a Leinier.
Aseguró que: “Seguiré participando en los campeonatos de Cuba, que son de los torneos preferenciales para mí y trataré de hacerlo lo mejor posible, sin la meta de ganar determinado número de títulos”.
40 PARTIDAS MEMORABLES
Por los balcones abiertos invita otro pianista ruso, tocando melodías de Tchaikovski, a que suban los transeúntes al torneo de ajedrez presidido por el retrato de Paul Morphy, donde el célebre Chigorin, maestro en el Gambito de Evans, derrota con trabajo a Mr. Leod, un muchacho de Quebec, que en un relámpago de genio inventa lo que años de talento no lo pueden destruir.
Este párrafo fue escrito por el más universal de todos los cubanos, José Martí, en una de sus Escenas norteamericanas, en 1889, casi un siglo antes del nacimiento de Lázaro Bruzón, ocurrido en 1982… La prosa mágica martiana no logró alcanzar a Capablanca, pues cayó en combate en 1895, cuando el niño José Raúl tenía seis años y medio.
Ahora un muchacho de Las Tunas inventa y nos entrega en un relámpago de genio este selecto grupo de partidas de ajedrez, con sus comentarios personales, lo que años de talento no podrán destruir…
Así se inicia el prólogo del libro 40 partidas memorables, que tuve el honor y el placer de escribir. Si su sexta corona nacional resulta un hito en nuestro medio ajedrecístico, también lo es este volumen presentado por la Editorial Oriente, ya que es el primer Gran Maestro cubano que publica una obra de esta naturaleza. “Cuando me inicié en el ajedrez busqué afanosamente bibliografía y no encontré publicaciones de los mejores ajedrecistas cubanos. Tal vez desde entonces nació la idea de crear un libro como este si lograba alcanzar un alto nivel competitivo. Me llevó mucho esfuerzo y dedicación y tuve el apoyo de muchas personas a las cuales le agradezco”, manifestó.
Y vaya si ha conseguido un altísimo nivel, que fue campeón mundial juvenil en 2000, ha ganado dos veces el campeonato Iberoamericano, otras dos el Continental y es uno de los pocos en el mundo –en Cuba solo dos—que ha pasado los 2700 puntos de Elo. Ahora tiene 2652, cifra a la que espera agregar números en su bregar constante por los torneos del mundo.
Expuso que para él lo más importante de este ejemplar que anda por las librerías cubanas es que le sea útil a quienes se adentren en sus páginas, que se siente contento, porque ha recibido opiniones elogiosas y que aunque no tiene ningún proyecto concreto actualmente, sí algunas ideas que en un futuro pudieran tomar forma de hojas impresas con carátula exterior.
Por Jesús G. Bayolo
